son las tres y media y yo aqui hablando de sanar...si en el fondo estoy como una regadera.
Bueno, bromas a parte, me propongo crear este espacio para mi y para aquellos que quieran seguirme en mi propio camino hacia la sanación. Y no es que este enfermo, ni que me ocurra nada malo. Cuando hablo de sanar, me refiero a reestablecer lo natural en mi día a día. A lo largo de nuestra vida, especialmente en la etapa termprana sufrimos heridas emocionales muy duras. Muchas veces casi irreparables. Nos pasamos el resto de nuestros días arrastrando un dolor que nosotros mismos hemos olvidado o simplemente no sabemos de dónde procede.
Esa herida, esa fuente de dolor, que no tiene por qué ser una experiencia traumática necesariamente, nos marca nuestro carácter, y como consecuencia nuestro destino. Eso implica nuestras experiencias en la vida, nuestro posicionamiento, nuestro estar, el cómo queremos, y cómo nos hacemos querer. La búsqueda loca del amor, aquel que en la tierna infancia perdimos de vista por un momento y nos causó una herida irreparable.
Cuando nos hacemos mayores hacemos borrón y cuenta nueva, pero otros fracasos, otras heridas, se van sumando. Unos se acobardan y cada vez les da mas miedo abrirse, confiar, volver a querer a corazón abierto. Otros optan por ser ellos los que hacen sufrir y eligen un buen ataque como mejor defensa. Sea como fuere, al final terminamos creando una máscara que evita entrar en contacto con el dolor.
El proceso de sanación de una persona adulta conlleva, primero averiguar cómo se produjo la herida. Hay que ver DÓNDE duele. Y despues de haberlo identificado darnos cuenta CÓMO nos duele y de qué manera aún nos duele. Cuando uno entra en contacto con el dolor empieza a entrar en contacto con la conciencia de sentirlo, y lo hace suyo. Ese es el primer paso.
Hoy simplemente quiero darte la bienvenida a ti por estar por aquí, por acompañarme. Para mí escribir esto es una forma de seguir en contacto conmigo, con mi proceso y, como no, también es una forma de estar contigo indirectamente.
Javier Marin.
Thursday, September 20, 2007
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3 comments:
Querido Javier,
es un placer para mi estar aquí tambien. Este és un tema que me atraviesa profundamente, por lo fisico, por lo mental i emocional i tambien por lo espiritual.
Para mi és fundamental un planteamiento holístico de la sanación y parte de la aceptación honda de los hechos que vivimos, desde una enfemedad, una muerte, o que te toque la loteria, puedes vivirlo tan mal que te destroza la vida.
El devenir entre lo que la vida nos da y el frenesi de nuestros deseos, marca nuestra manera de ser y estar en el mundo. El camino hacia la sanación, el contacto con el verdadero ser de cada uno, es tarea simple dicho en estas pocas palabras, pero no es nada fácil.
El desarrollo de la consciencia y la busqueda del ser no esta presente en nuestra cultura, nacemos sin ese amparo, en el mundo del tener i el hacer, es una especie de mátrix, una realidad fijada en unos parámetros que benefícia el vivir de unos pocos i el sobrevivir de casi todos. De aquí todos los males de nuestra sociedad que Claudio Naranjo define tan bien en su libro Cambiar la educación para cambiar el mundo, os lo recomiendo es un tocho pero un buen libro.
Nacer, crecer y vivir sin el amparo del ser, ¿como es posible eso?, el ser está allí, yo ya lo sentia cuando era niña, estando a solas intentaba entender toda la locura que me rodeaba. Aceptar esa soledad en la que nacemos y en la que inevitablemente todos morimos, és tambien, para mi, parte de ese camino, de ese sentir el ser.
Pensar que la vida es mejor que la muerte, la juventud mejor que la vejez, que hay vidas mejores que otras, vivir en esa polaridad tan própia de estos dias, nos separa de nuestra eséncia y siento que no nos permite vivir en lo que estamos. Estas son palabras que me digo a mi misma, porque tambien las siento en mi. Este año cumpli 40 y muchas de estas cuestiones, me invaden y me acompañan.
Aquí estoy en la tarea de ver lo que me debilita y si es posible entrar en contacto con lo que me fortalece y me une a mi ser.
Hace unos años lei un libro que me gusto "La sanación del corazón" El sentido de nuestro sufrimiento de Guy Corneau.
Un abrazo
Isabel
No se a donde me conduce el camino de la sanación, a veces enfermedad y sanación va unidas de la mano. A veces es necesario vivir la una para conocer la otra. Siento que estoy viviendo cosas nuevas, no sólo por lo que me rodea. Experimento momentos por los que no he pasado antes, que no me son familiares, a los que no se como me adaptare. Simplemente vivo el día a día con lo que se me presenta tomando deicisiones que me conducen a lugares desconocidos. Esta apertura mía al mundo, a lo que me toque, me va a llevar, y me está llevando exactamente al punto donde necesito estar.
Es la una de la mañana, hace días que no escribía ninguna reflexión en la página, pero se me hacía importante hacerme consciente de dón de me hallo en este momento.
tus palabras me llegan Isabel. gracias por compartir tu momento conmigo.
Un fuerte abrazo.
Sanar, eso es lo que nos hace falta a todos...
Creo que llevas mucha razón en lo de que nuestras experiencias pasadas marcan las futuras. Y es que, una vez que se ha sufrido, se intenta hacer todo lo posible por evitar ese dolor de nuevo. Eso sí, creo que ese dolor nos ayuda a madurar, a aceptar y, en definitiva, a crecer como personas.
El sufrimiento nos debilita en cierto modo, pero también nos hace más fuertes y más expertos. Por eso, creo que cada una de las buenas o malas experiencias vividas se saca un aprendizaje, aunque este sólo se pueda ver con cierta perspectiva temporal.
Espero que sanemos de esas experiencias vividas.
Un abrazo, Javi.
Natalia
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